Desde Madrid, ciudad en la que acaba de finalizar su Máster en Propiedad Intelectual, de la Universidad Autónoma, el abogado de la Universidad de Chile y con experiencia en gestión tecnológica y spinoffs universitarios, Gabriel Vargas, se apronta a aterrizar nuevamente en Chile para ocupar el cargo de Consultor Legal en ZENIT.

Hasta enero y durante 5 años trabajó en la Oficina de Transferencia y Licenciamiento de la Universidad de Santiago, donde obtuvo experiencia en el seguimiento a la tramitación de patentes, contratos, contacto con clientes y comercialización de tecnologías, entre otros; siempre desde la perspectiva de la Propiedad Intelectual. Pero también, y a partir de la llegada de la actual vicerrectora de Investigación, Desarrollo e Innovación, María José Galotto, se le encomendó la misión de empujar los emprendimientos surgidos desde la universidad. “Significó un gran salto en mi perfil profesional, porque además de contratos y negociaciones, comencé a ver todo lo relacionado con el mundo del emprendimiento: modelo de negocios, viabilidad técnica, los temas societarios, etc.”, valoró.

Por eso, espera, aportar con su visión holística de la transferencia tecnológica y el emprendimiento al trabajo de ZENIT. Tanto las herramientas que obtuvo en su constante perfeccionamiento profesional, como la experiencia de vincularse, de manera permanente con diversos actores y soluciones en distintas etapas de desarrollo, le sirvieron para lograr destrabar problemas e impulsar proyectos adelante, lo que considera relevante para cualquier rol, en especial, en este orientado a la innovación.

Encontró en este ecosistema el espacio idóneo para desarrollar tanto sus habilidades humanistas como científicas. “Hay una visión país que me empuja. La innovación, la I+D, es lo que Chile necesita para dar un salto hacia el desarrollo. Esto implica aumentar el valor de lo que se hace, incrementando la riqueza y si hay menos pobreza, hay mayor bienestar, justicia y en el fondo, nos convertimos en una mejor sociedad”, destacó.

Sobre su trabajo en ZENIT, dice que lo motiva pararse desde la vereda del mundo privado y la experiencia del equipo, que ve con muy buenos ojos, dado “el conocimiento y las redes que varios integrantes tienen”, además de todo lo que está por aprender.